Thomas Lojek

Entrevista con
Ralf Kassner

Entrenamiento en kill house para servicios de protección cercana

(Close Protection Services)

12. Noviembre 2025

Ralf Kassner es exmiembro de las unidades antiterroristas de élite alemanas GSG9 y SEK.

Es fundador y CEO de Wodan International, una empresa alemana de gestión de riesgos (Risk Management) que ofrece soluciones integrales de seguridad con servicios de consultoría, dirección, evaluación de riesgos y prestación de servicios especializados.

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Otra categoría de operaciones especializadas

Thomas Lojek: Ralf, como exmiembro de unidades SOF (SOF) (GSG9 y SEK) y CEO de Wodan International, usted es un referente europeo en entrenamiento en kill house y en entrenamiento táctico de 360 grados (360-degree tactical training).

¿Qué tácticas y escenarios tiene en mente cuando diseña una sesión de entrenamiento en kill house para profesionales de protección cercana (Close Protection Services) durante un evento formativo de Wodan Security?

Ralf Kassner: En primer lugar, el entrenamiento en kill house no trata tanto de habilidades de tiro avanzadas ni de intensa acción con fuego real (live fire), como algunos podrían pensar.

Un buen entrenamiento en kill house, especialmente para servicios de protección cercana, se centra mucho más en la coordinación, la comunicación, la velocidad y la creación de presión operativa.

El entrenamiento debe permitirle formar equipos y operar de manera efectiva dentro de ellos, incluso con personas que quizá acaba de conocer.

Porque esa será una situación frecuente durante sus operaciones de campo como profesional de protección cercana.

Sucede todo el tiempo.

Una empresa lo integra en un equipo nuevo, uno de sus compañeros resulta herido, otro deja la compañía o los parámetros operativos cambian.

Sea cual sea el caso, la constante más fiable en el negocio de la protección cercana es el cambio.

Su grado de profesionalismo se mide por su capacidad para trabajar con desconocidos bajo gran presión y en entornos difíciles o incluso letales.

No estamos hablando aquí de entrenamiento SWAT o de unidades SOF militares, donde los integrantes disponen de tiempo y recursos para estudiar el comportamiento operativo de sus compañeros —a menudo durante meses o incluso años—.

Los servicios de protección cercana, especialmente en el mercado privado, pertenecen a otra categoría de operaciones especializadas y deben afrontar recursos limitados, restricciones y muchas incógnitas.

Por lo tanto, un entrenamiento táctico de 360 grados (360-degree training) para protección cercana debe centrarse en la flexibilidad —tanto operativa como individual—.

Los equipos, los parámetros operativos y los objetivos pueden cambiar muy rápido. Su entrenamiento debe reflejarlo.

Coordinación rápida y efectiva entre profesionales de protección cercana

Thomas Lojek: Tomemos un escenario común.

Hay una reunión de ejecutivos de empresas Fortune 500, y ocurre el peor caso posible: un tirador activo (active shooter) está dentro del edificio.

¿Cómo prepara usted a sus alumnos para este tipo de incidente?

Ralf Kassner: Curiosamente, en la mayoría de los casos el mayor desafío —especialmente durante los primeros minutos o incluso segundos críticos— no será enfrentar la amenaza, sino lograr una coordinación rápida y efectiva entre todos los profesionales de protección cercana presentes en el lugar. Alguien tiene que asumir el liderazgo y formar un equipo.

Su escenario implica un incidente en una conferencia empresarial de gran escala.

Eso significa que habrá distintos profesionales de protección cercana en el sitio, con diversos antecedentes, niveles de habilidad y experiencia.

Diferirán en su formación y en su equipamiento.

Algunos tendrán experiencia militar, otros provendrán de las fuerzas del orden (law enforcement), y algunos, tal vez, no contarán con experiencia profesional previa.

Habrá muchas personas afrontando la situación con tácticas y experiencias distintas, pero todas estarán apremiadas por proteger a su propio VIP.

Esto puede ser un verdadero desafío.

Diferentes niveles de condición física, tiempo de reacción y velocidad en la protección cercana

Thomas Lojek: ¿Podría darnos un ejemplo concreto de por qué esto puede representar un desafío tan grande?

Ralf Kassner: Claro. Hablemos de algo que al principio puede parecer insignificante, pero que puede tener un impacto enorme en el resultado: ¿qué pasa si tiene que subir varios pisos o recorrer un pasillo largo antes de llegar hasta su VIP?

Durante algunas conferencias, a los equipos de protección cercana se les ordena esperar en otra parte del edificio.

Es una práctica poco profesional por parte de la organización del evento, pero aún ocurre.

Incluso su propio VIP a veces le pide que espere en otro lugar mientras se reúne con sus contactos de negocios.

Así que, de alguna manera, usted no está cerca de su VIP cuando comienza el tiroteo.

Ahora tenemos a varios agentes armados en modo de alta tensión.

Y, aun suponiendo que hablemos de individuos bien entrenados, seguirá habiendo diferentes niveles de condición física, tiempo de reacción y velocidad dentro del grupo.

Un grupo armado descoordinado bajo estrés, con brechas significativas en experiencia, condición física, tiempo de reacción y resistencia al estrés, puede convertir unos pocos segundos corriendo por un pasillo largo en una pesadilla interminable.

Porque ahora no solo debe preocuparse por el tirador activo (active shooter) en algún lugar del edificio, sino también por varios individuos armados y bajo estrés a su alrededor —personas que en realidad no conoce, que pueden tener el dedo más nervioso en el gatillo y un nivel táctico inferior al suyo—.

Tenga en cuenta que es imposible abordar todos los aspectos de esta discusión en un artículo breve; el tema merece un debate más amplio.

Pequeñas diferencias en la experiencia individual pueden sumarse hasta generar grandes problemas

Thomas Lojek: Entonces, hablando francamente: en los servicios de protección cercana (Close Protection Services), los antecedentes individuales y las diferencias en formación y condición física dentro de un grupo aleatorio de profesionales en el lugar de una situación en curso son, en sí, un factor de riesgo adicional.

Ralf Kassner: Sí. Pequeñas diferencias en la experiencia y la formación de los operadores presentes pueden acumularse hasta provocar grandes problemas en protección cercana, especialmente si no ha trabajado antes con ellos.

Si no los conoce y no comprende realmente su trayectoria, puede ser difícil evaluarlos.

El tipo nuevo a su lado podría ser simplemente un exguardia de seguridad con un arma.

Otro podría ser un operador altamente cualificado de las Fuerzas Especiales del Ejército (Army SOF).

Pero su experiencia en operaciones militares no significa que también sea un gran profesional de protección cercana.

En esta situación somos un grupo de individuos armados con distintas habilidades y antecedentes que deben resolver un problema importante muy rápidamente.

Lo más probable es que tengamos que hacerlo en un entorno letal y angustioso, lleno de personas en pánico, multitudes huyendo, quizá con humo o fuego, con cuerpos en el suelo o personas gravemente heridas, mientras sangre y gritos parecen provenir de todas partes.

En este entorno, un grupo de guardias contratados sin coordinación solo añade riesgo: el riesgo de que alguien dispare por actuar de forma poco profesional o demasiado nerviosa; el riesgo de no neutralizar la amenaza porque controlar a un grupo descoordinado lo distrae en exceso; o el riesgo de dañar a transeúntes inocentes.

También existe el riesgo de tener problemas con las unidades policiales que llegan y que no saben quién es usted, más allá de que porta un arma en un edificio con un tirador activo (active shooter).

Si no puede manejar este tipo de situación de manera eficaz —al menos con una estructura básica de trabajo en equipo—, la presencia de un grupo reunido al azar de miembros de protección cercana solo complicará las cosas.

Por lo tanto, un buen entrenamiento en kill house (kill house training) o cualquier forma de entrenamiento de 360 grados con fuego real (360-degree live-fire training) no debe centrarse únicamente en disparos precisos contra los agresores, sino también en poner a prueba sus habilidades de trabajo en equipo y su capacidad para alcanzar un nivel profesional de flexibilidad en cualquier forma de coordinación táctica.

Tiene que saber leer y entender a las personas.

Debe anticipar sus reacciones y su capacidad para enfrentarse a una amenaza, manejar transeúntes, distracciones y un estrés extremo.

Son habilidades interpersonales.

Si se vuelve bueno en esto, podrá formar equipo con diferentes individuos en cualquier incidente y, en el mejor de los casos, establecer un equipo de 360 grados que salve vidas y garantice su avance operativo en una misión, incluso con desconocidos.

Pero tiene que entrenarlo.

Dentro de segundos tiene que coordinarse con personas que apenas conoce

Thomas Lojek: ¿Cómo entrenan esto con los asistentes a sus cursos?

Ralf Kassner: En nuestros entrenamientos de Wodan International, cuando trabajamos con escenarios realistas con fuego real, siempre intentamos reunir a profesionales que nunca han entrenado juntos.

Procuramos mezclar los equipos de forma constante.

Esto es importante.

Si se produce un incidente en un entorno complejo —como un escenario con tirador activo (active shooter)—, debe demostrar buenas habilidades de coordinación y comunicación eficientes.

Un ataque real ocurre muy rápido.

En cuestión de segundos debe coordinarse con personas que apenas conoce: quién asumirá el liderazgo, quién cubrirá la retaguardia.

Debe comunicar sus rutas de evacuación a desconocidos de forma rápida, clara y efectiva, y es posible que deba lidiar con la llegada de unidades policiales.

Y seamos honestos: un incidente real puede obligarlo a trabajar con alguien que, sencillamente, no está a la altura.

Más vale estar preparado para eso.

Así que, primero: en nuestros entrenamientos no hay equipos fijos, sino muchos grupos mezclados al azar, para que los asistentes aprendan lecciones útiles sobre cómo manejar cualquier situación de coordinación operativa difícil y ganen flexibilidad bajo presión.

Segundo: enfrentamos a los participantes con escenarios que les enseñan sobre presión y velocidad operativa.

Como en su ejemplo del tirador activo, los colocamos en situaciones donde deben tomar decisiones muy rápidas y difíciles, con consecuencias serias.

En cuestión de segundos, todos deben actuar y saber qué hacer: ¿podemos establecer equipos para asegurar a 360 grados?

¿Quién se encargará de la evacuación?
¿Hay un orden para la salida de los VIP?
¿Los reuniremos primero en una sala segura?
¿O intentaremos sacarlos del edificio lo antes posible?

Si tiene todo eso en cuenta, una kill house seria dejará de ser únicamente la adrenalina de una ejecución con fuego real.

Se convertirá en un desafío complejo. Y eso es exactamente lo que buscamos en el entrenamiento.

Y tercero: todo debe ocurrir en un entorno de espacios reducidos.

Debe ser capaz de manejar tiroteos a distancias muy cortas —esto no es un campo de tiro—.

Durante un incidente real tendrá que moverse entre mesas, sillas y elementos decorativos, quizá con humo, fuego, poca luz y multitudes en pánico.

Nuestro entrenamiento simula estos retos introduciendo a los alumnos en un entorno de espacios reducidos donde deben gestionar todo tipo de presión operativa.

En esencia, diseñamos ejercicios que ponen a prueba su coordinación, su eficiencia operativa y su capacidad para combatir en espacios confinados.

Creando presión y velocidad operativa

Thomas Lojek: Permítame cuestionar algunos puntos de vista: en el contexto del entrenamiento para protección cercana (Close Protection), ¿significa eso que el tiro es menos importante que el desarrollo de habilidades blandas como el trabajo en equipo, la comunicación y la creación de confianza?

Ralf Kassner: Entrenamos para situaciones altamente complejas y extremadamente desafiantes.

No se puede reducir la complejidad de una situación operativa real de combate a una fórmula simple del tipo “las habilidades blandas son más importantes que las de tiro” o viceversa, porque no es cierto.

Hay que integrar muchas piezas cuando se entrena para una situación que puede decidir si usted y otros vivirán o morirán.

La coordinación y la comunicación son elementos clave.

La toma de decisiones bajo presión es sumamente importante.

Su capacidad para ver y comprender realmente su entorno bajo un estrés extremo es crucial.

Crear presión y velocidad operativa (operational pressure and speed) es esencial. El tiro y las habilidades de tiro son muy, muy importantes. La precisión y la calidad del disparo son el corazón de nuestra profesión.

Pero nunca olvide esto: su arma apunta exactamente adonde usted la dirige y solo actúa conforme a su percepción del momento y a su interpretación inmediata de la situación.

Si dispara rápido y con precisión, excelente: es una gran habilidad y es importante.

Pero esa misma habilidad puede convertir el peor día de su vida en realidad si dispara demasiado rápido y con demasiada precisión durante un incidente solo porque alguien se mueve con rapidez frente a usted y parece portar un arma, y luego resulta que era uno de sus compañeros de protección cercana intentando llegar a su VIP por otra ruta dentro del edificio.

¿Lo ve?

Esto va más allá del tiro, y también más allá de las habilidades blandas, de la comunicación y del trabajo en equipo.

En una situación de alto estrés —como un escenario con un tirador activo (active shooter), pisos abarrotados, pánico, gritos, quizá humo y fuego—, es muy fácil que dispare a la persona equivocada si antes del tiroteo no hubo pasos previos de coordinación y comunicación clara entre los operadores de protección cercana en el lugar.

Si en su entrenamiento con fuego real (live-fire training) solo aprende a disparar a todo lo que lleve un arma, no estará preparado para escenarios donde otros profesionales de protección cercana estén con usted dentro del edificio, o peor aún, cuando se cruce con fuerzas policiales que acaban de llegar.

Debe pasar por este tipo de escenarios durante el entrenamiento para evitar decisiones fatales más adelante, en situaciones reales.

Por lo tanto, será una combinación sólida de excelentes habilidades de tiro, habilidades blandas y mucha experiencia la que lo convertirá en un profesional altamente capacitado en protección cercana. No tiene sentido sobrevalorar una habilidad por encima de otra.

Debe aspirar al conjunto completo; de lo contrario, se convierte en un “experto” unidimensional en un entorno de amenazas multidimensional. En términos simples: “¡usted termina muerto!”

Asegurarse de que todos sepan qué hacer si ocurre un incidente

Thomas Lojek: ¿Podría dar a nuestros lectores algunos consejos sobre cómo hacer esto en la vida real?

Ralf Kassner: Por ejemplo, si está con su VIP en una conferencia grande o en una reunión de la junta, normalmente todos los profesionales de protección cercana se reúnen en una sala cercana y esperan.

En lugar de perder el tiempo, siempre será buena idea hablar con sus colegas en la sala.

La inspección del edificio, las rutas de evacuación, las alternativas, los puntos de riesgo, los puntos de reunión o las salas seguras deberían ser una práctica básica.

Establezca al menos una rutina rápida de escenarios para asegurarse de que todos sepan qué hacer si ocurre un incidente.

Tenga cuidado: no dé lecciones ni adopte una actitud molesta de “aquí mando yo”. Sea respetuoso y considere que está hablando con profesionales con un determinado nivel de experiencia.

Pero asegúrese de que haya un concepto claro de “si tenemos un incidente…”:

¿Quién asumirá el liderazgo?
¿Quién cubrirá la retaguardia?
¿Podemos formar equipos?
¿Podemos salir de esta sala en equipos de dos o cuatro para una cobertura de 360 grados (360-degree cover)?
¿Conocemos nuestras rutas de extracción?
¿Conocemos todas las alternativas a la ruta principal?
¿Podremos identificarnos rápidamente entre nosotros?
¿Qué hacer si nos separamos?
¿Qué equipo tenemos?
¿Escudos antibalas (anti-ballistic shields)?
¿Chalecos (vests)?
¿Equipo TCCC (Tactical Combat Casualty Care)?
¿Dónde está el equipo?

Si tiene que organizar todo esto mientras se está produciendo un tiroteo activo (active shooter), estará en una situación extremadamente difícil.

No olvidemos: un incidente promedio de tirador activo dura aproximadamente 12,5 minutos.

En ese tiempo debe formar un equipo completo y tomar una serie de decisiones operativas muy complejas.

Con esas probabilidades, no apostaría mi vida, ni mi carrera, ni la de otras personas.

Debe estar preparado antes de entrar en ese marco temporal tan estrecho y exigente de un tiroteo real.

Por eso usted es un profesional.

Una actitud profesional hacia los servicios de protección cercana implica hablar, comunicarse y asegurarse de que exista un plan o, al menos, una coordinación básica entre todos los miembros de protección cercana en el edificio.

No es el “John Wick Way of Life”, pero sí lo correcto para todo profesional de protección cercana que se toma en serio su trabajo y la seguridad de las personas a las que ha prometido proteger.